¿Recuerda por qué se fundó su empresa y por qué consiguió sus primeros clientes? ¿Sigue siendo ese propósito el principio rector? ¿O su empresa ha evolucionado y ha encontrado su verdadero lugar en el mundo a lo largo de los años? En cualquier caso, comprender el propósito de su empresa es esencial para su estrategia. Es el norte magnético de su viaje estratégico.
Una buena declaración de intenciones sitúa al cliente en el centro. Una empresa existe porque hay un problema o una necesidad que tienen los clientes, y la empresa tiene una solución que el cliente prefiere. La empresa tiene algo único que puede utilizar en beneficio de los clientes. Declaraciones como "Somos una empresa de diseño web" o "Somos una empresa de diseño y construcción" no dicen nada sobre su propósito. Como escribe Cynthia Montgomery en The Strategist: Be the Leader Your Business Needs, la prueba de fuego de un propósito es ésta: ¿Dará una diferencia importante en su sector?
